Fecha de primera edición: 1 de Mayo de 2020
Nació en Morelia, Michoacán, en 1909 y murió en la Ciudad de México, en 1999. Fue cuentista, poeta, profesora, periodista y diplomática. Estudió en el Primitivo y Nacional Colegio de San Nicolás de Hidalgo cuando este ya formaba parte de la recién fundada Universidad Michoacana (1917). Colaboró en diversas publicaciones periódicas, entre ellas, Revista de Revistas; en el suplemento “Revista Mexicana de Cultura” del diario El Nacional, donde en 1934 inició labores como redactora; y en La Escuela del Mañana, donde fue jefa de la sección literaria. Publicó el poemario Cancionero de la tarde, 1928 y el libro de cuentos La roba-pájaros, 1957. Fue incluida en la antología Literatura Michoacana, 1923, de Jesús Romero Flores.

Tríptico de la lluvia
Ayer
¿Te acuerdas de aquella muchachita pobre
que bajo la lluvia solía vagar,
las carnes de cobre, de risa los dientes,
con los pies desnudos entre las corrientes
soñando que iba camino al mar?
¡Salir de la escuela bajo el aguacero!
Tener ocho años en la tarde gris
y mojarse en lluvia... bastaba el primero
de los aguaceros
para ser feliz!
Infancia dorada...
Olor de membrillos y cuentos en flor...
Fragancia ardorosa de tierra mojada...
Piadosa ignorancia de amor y dolor…
Hoy
¡Esta primavera
la vida es más lenta y es menos feliz
y la lluvia vista desde la vidriera
parece más triste, parece más gris...
…este olor a tierra mojada remueve
muchas cosas viejas que no hay que tocar!
¡Llueve, llueve, llueve, llueve
y yo voy sintiendo ganas de llorar!
Quisiera ir descalza por esas callejas,
empaparme en esta lluvia torrencial
y en los canalones de las casas viejas
lavarme la vida de manchas de mal.
Mañana
Un día, cuando vuelvas, lluvia cantarina,
no habrás de encontrarme. No habrás de encontrar
ni a la muchachita de alma cristalina
ni a la moza triste que sabía llorar.
En las tardes grises, tras de la vidriera
no estarán mis ojos viéndote caer
con la agonía de inútil espera.
Esa primavera
yo seré aquel sueño que tenía que ser.
Yo estaré en la tarde, diluida en la gama
del poniente rojo. Seré la canción
que tus gotas canten. Estaré en la flama.
Y estaré en el ritmo de tu ensoñación.
...mi alma irá por sobre todas las cosas,
sobre la miseria del Bien y del Mal
y en tanto mi carne se habrá vuelto rosas
en la sangre joven de cualquier rosal.