Docencia y gordofobia en artes escénicas

Por la mañana del viernes 16 de agosto, en la Sala Silvestre Revueltas, se realizó un Conversatorio entre tres actrices y profesoras sobre sus experiencias sobre la gordofobia cuando fueron estudiantes de Artes Escénicas y Teatro, en la Facultad Popular de Bellas Artes, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), y cuando ejercieron como actrices.

Las tres profesoras, quienes rondan las cuatro décadas, se alejaron por un tiempo de los escenarios por sus cuerpos obesos. Pero regresaron a los escenarios y a la docencia, expresaron durante su participación en el Conversatorio Gordofobia en las artes escénicas.

Ivett Sandoval, secretaria Académica de la FPBA, señaló que en 17 años que tiene en esta Facultad no se había abierto así, en un Conversatorio público y académico, el tema de la Gordofobia en las artes escénicas y que salga en una página digital de la Universidad Michoacana. Pero es necesario poner la evidencia, para sensibilizarnos. Porque podemos evidenciar, sensibilizar y propiciar políticas universitarias de inclusión y no ejercer violencia por el tipo de nuestros cuerpos por parte de profesores y estudiantes en los recintos universitarios.

Dulce Anabell Barrón, profesora y responsable de la Programación Académico-Artística de la FPBA, reconoció que sí vivió los efectos de la gordofofia cuando fue estudiante en Artes Escénicas. “Pero, al mismo tiempo no me di cuenta de la violencia que se ejercía sobre mí por ser gorda. En Artes Escénicas hay una exposición de nuestros cuerpos y había un profesor que violentaba a una estudiante gorda. Cuando intentó hacerlo conmigo lo frené.”

Gunnary Prado, coordinadora de Teatro en la FPBA, recordó que a los 15 años de edad sufrió la gordofobia de sus compañeros de secundaria y cuando ingresó a la FPBA se repitió. El trato de los profesores con sus alumnos gordos era violento, ellos lo aprendieron, porque en teatro era normal maltratar.

Al recordar, a la hoy profesora se le salieron algunas lágrimas, pero siguió contado sus recuerdos. “Todo lo que nos pasa a las gordas es por eso, por ser gordas, incluso en nuestras familias. Me costó mucho trabajo reincorporarme a la actividad teatral, pero me sobrepuse. No creo que la

actitud de los profesores sea hacerles daño a sus estudiantes, ellos así lo aprendieron de sus maestros, que les impartieron con una educación de rigor.

Ivett Sandoval, secretaria Académica de la FPBA, recordó que desde niña sabía que se dedicaría al teatro, aunque me decían prieta, gorda y chaparra. “Tienes que compensar, para contrarrestar esta violencia, era buena en canto. Todavía a los 40 años de edad me decía que así era la vida, así tenía que ser, permití que mi territorio fuera invadido. Y me pasó, hubo un momento en que me dije que ya no quería saber nada de teatro, simplemente me retiré por nueve años. Pero asumí que era buena actriz y regresé al teatro y a dar clases de teatro y vencí mi miedo de exponerme ante los alumnos.

Gunnary Pardo expresó, ahora a los 40 años de edad somos conscientes de nuestra situación y la importancia de la docencia y de nuestra profesión de las artes escénicas.

Erika Rodríguez, organizadora del Conservatorio y estudiante del noveno semestre en la Licenciatura en Teatro, señaló que un profesor le dijo que su presencia no le era agradable a su vista. “Era aterrador para mí. Como estudiante siempre me daban los mismos papeles, por mi gordura”.

Dulce Anabell Barrón dijo: “Cuando regresé al teatro, después de ocho años, me llamaron para hacer el papel de una señora mayor y otro productor me llamó para hacer el papel de una persona brillante. Es decir, el teatro no necesariamente es violento”.

Ivett Sandoval comentó que ha estado en cine y en teatro. En cine me llaman para hacer papeles de madre. Pero al mismo tiempo hago mis cortometrajes, de los cuales soy directora, guionista y actriz. “No he hecho casting afuera, solamente con la comunidad actoral que hemos creado”.

Dulce Anabell fue cerrando su participación para decir: “Hacer teatro valió toda la violencia que hemos sufrido las gordas”.

Ivett destacó que en 17 años que tiene en la Facultad no se había abierto un foro para hablar de la gordofobia en las artes escénicas. Ahora se debe sensibilizar a los profesores para hacer una política de inclusión y no de violencia hacia los estudiantes por su obesidad.

Gunnary, señaló que el tema de la Gordofobia en las artes escénicas, es el título de tesis de Erika Rodríguez, estudiante del noveno semestre de la Licenciatura en Teatro, y esta tesis es la primera en su categoría, en el campo de lo real, en una epidemia silenciosa.

Un profesor, entre el público, indicó que hay violencias invisibles. Debemos hacer entender a nuestros estudiantes que los profesores también somos vulnerables y también debemos decirles, si somos violentos que nos digan, porque a veces no nos damos cuenta. Y definitivamente hace falta mayor número de profesores en estos conversatorios.